Los terrenos donde hoy se encuentra la ciudad de Maracay fueron otorgados a Sebastián Díaz Alfaro en el siglo XVI. Después de su muerte las tierras pasaron a su hijo Mateo. En ese entonces esas tierras eran conocidas con el nombre de Valle de Tucupío y Tepatopo y se utilizaban como terrenos de pastoreo de ganado. Hacia Tucupío, Tapatapa, Guey y el Rincón se sembraba caña de azúcar y cacao. Para el año 1700 unas 40 familias habitaban el valle, las cuales se dirigen al Obispo Diego de Baños y Sotomayor para elegir una feligresía, lo que equivalía a dar consistencia al centro poblado oficialmente.
El 5 de marzo fue fundada la ciudad de Maracay, tomando su nombre del río Maracay. Maracay sufrió los avatares de la revolución emancipadora, siendo de especial interés los sucesos de 1812-13 que tuvieron como escenario la hacienda La Trinidad. Posteriormente, en 1816 y en 1818, se produjo el asalto de la Cabrera y el combate de Maracay donde fueron derrotadas las tropas patriotas. La Guerra Federal también dejó su secuela en la localidad, resultando seriamente afectados los campos aledaños. A ello se agrega una terrible epidemia de peste, originada al parecer por la descomposición del añil fermentado, la cual cobra numerosas víctimas. Los inicios de transformación urbanística y económica de Maracay comienzan durante la administración del General Juan Vicente Gómez, quien residía en la ciudad desde el inicio de su gobierno. En el año de 1898 fue designada La Victoria capital del estado, para luego, en 1917, ser traslada a Maracay, rango que aún se conserva
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